Hacía mucho tiempo que no preparaba compota de manzana, pero el otro día andaba un poco pachucha y me acordé de que mi madre siempre la prepara cuando hay alguien enfermo en casa. Por supuesto, es tan fácil de hacer y tan rica que la puedes preparar cuando te apetezca. A mi me gusta comerla por ejemplo con el porridge de avena del desayuno o añadírsela a los pancakes. Lo dejo a vuestra elección.
Ingredientes:
- 2 manzanas dulces
- canela en polvo al gusto
- agua
Preparación:
- En una olla pequeña echa un poco de agua. No hace falta mucha, la justa para que las manzanas se humedezcan. Además, si te quedas sin agua puedes añadir más y la compota quedará igual de rica.
- Pela las manzanas y córtalas en trozos pequeños. Échalas en la olla y espolvorea con un poco de canela.
- Mezcla con una cuchara y pon la tapa. Cocina a hervor suave durante 15-20 minutos.
- Pasado este tiempo, quita la tapa y cocina hasta que desaparezca el resto del líquido removiendo constantemente.
- Puedes comer la compota tal cual, puedes aplastar ligeramente los trozos de manzanas para que sean más pequeños o si lo prefieres, puedes batirla con una batidora de mano para conseguir un textura cremosa como la de la imagen. Esto depende de tus gustos y del uso que le vayas a dar.