Como acompañante de unos rollitos primavera y un arroz a la cantonesa esta receta del blog salseando en mi cocina me parece genial. Se trata de una receta sencilla y muy fácil de preparar. Además, me parece la alternativa perfecta a una simple y aburrida pechuga a la plancha. Es una mezcla entre ácida, dulce y con un sabor intenso a limón. Te gustará...
Ingredientes:
1 pechuga de pollo
1 huevo
maizena (la cantidad necesaria para rebozar la pechuga)
sal y pimienta
Para la salsa de limón:
5 cucharas soperas de zumo de limón
2 de vinagre de vino blanco
3 de azúcar
4 de agua
1 cucharadita de maizena
Preparación:
Salpimienta el pollo y pon las pechugas a macerar en el huevo batido. De vez en cuando dales la vuelta para que queden bien empapados de huevo.
Para la salsa disuelve la cucharadita de maizena en las 4 cucharadas de agua fría. Coloca todos los ingredientes en una perola y ponlos a hervir, removiendo constantemente. En cuanto empiece a hervir verás que la mezcla se vuelve transparente. En ese punto deja que hierva durante 1 minuto a fuego suave para que se evapore un poco el olor a vinagre.
Una vez preparada la salsa enharinas el pollo con maizena. Hazlo de manera generosa. Fríe la pechuga en abundante aceite de oliva suave. Coloca la pechuga sobre un papel absorbente y, con un cuchillo bien afilado, con cuidado de no romper el rebozado, hazle unos cortes perpendiculares de aproximadamente 1 cm de grosor. No la cortes del todo.
Si quieres, puedes adornar el pollo insertando en los cortes unas rodajas de limón bien finas. Echar por encima de las pechugas la salsa de limón.