La receta del dulce de membrillo ya tocaba. Por estas fechas siempre hay alguien que nos regala un montón de membrillo. Normalmente es mi madre la que se ocupa de hacerlo y yo de comérmelo y de regalarlo a todo el que conozco porque la verdad es que siempre hace cantidades industriales. Este año he querido hacerlo yo para poder poner la receta en el blog.
Esta receta es muy sencilla y lo bueno que tiene es que una vez hecho el dulce de membrillo se puede congelar. Aguanta perfectamente y nadie nota la diferencia.
Ingredientes:
900 gr. membrillos
900 gr. membrillos
525 gr. azúcar
Preparación:
Hay quien prefiere pelar los membrillos antes de echarlos a hervir y hay quien no. Yo he optado por no pelarlos. Simplemente lo que tienes que hacer es cortar los membrillos en cuatro trozos, quitarles el corazón y echarlos con piel en una perola. Cúbrelos con agua y déjalos hervir durante 20 minutos. Después, escúrrelos y cuando estén templados pélalos. Yo los he vuelto a pesar y pesaban 700 gramos.
Bátelos con la batidora y añade 525 gramos de azúcar.
Écha todo en la perola y remueve de vez en cuando con una espátula de madera. Yo los he cocinado a fuego medio durante 35-45 minutos minutos. El tiempo es orientativo. Cuando creas que tiene la consistencia adecuada, aparta la perola del fuego y echa el dulce de membrillo con mucho cuidado en los moldes.
Por último, déjalo enfriar hasta que se solidifique. Como ya he dicho, lo puedes meter en el congelador. Si no lo congelas, te aconsejo que eches un poco de aceite de oliva por encima para protegerlo y que no le salga moho. Si lo vas a comer en un par de días, esto no hace falta, claro está.
Cuando todavía no se ha solidificado es ideal para utilizarlo en la tarta de membrillo que publiqué en este blog hace unos días.
