Cada vez me gusta más la avena y por eso trato de usarla en toda clase de recetas. Esta vez he preparado unas galletas de avena y chocolate que son una delicia. Son muy fáciles de preparar pero tienen el peligro de que al estar tan sumamente buenas te las querrás comer de una sentada. Yo por si acaso aviso.
Con esta receta participo en el concurso Pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes dulces y salados, promovido por el blog Cocido de Sopa.
Ingredientes (para 18 galletas):
100 g. de azúcar moreno
100 g. de mantequilla a temperatura ambiente
100 g. de copos de avena
1 huevo
90 g. de harina de repostería (aunque creo que acepta más harina)
1 cucharilla de levadura Royal
esencia de vainilla
1 pizca de sal
chocolate de cobertura
Preparación:
En un recipiente bate la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa.
Añade el huevo batido y la vainilla y mezcla bien.
En otro recipiente echa los copos de avena, la harina, la sal y la levadura. Mezcla bien y reserva.
Une los ingredientes de ambos recipientes.
Precalienta el horno a 170 ºC.
Sobre papel de hornear, coloca pequeñas bolitas de masa. Yo lo hago con una cucharilla y para darles forma redondeada y ligeramente aplastada me suelo mojar los dedos en agua. Así es más fácil de manejar esta masa. Deja bastante espacio entre ellas porque en el horno se expanden bastante. De hecho creo que se podría echar un poco más de harina para que queden un poco más anchas, pero todavía no lo he probado.
Hornear durante unos 10 minutos o hasta que los bordes se doren ligeramente. Al sacarlas del horno quedarán blandas pero al enfriarse irán adquiriendo una consistencia más dura. Para que no se reblandezcan, cuando estén templadas, colócalas sobre una rejilla hasta que se enfríen del todo.
Calienta el chocolate al baño María y échalo en una manga pastelera con boquilla estrecha o en una bolsa de plástico con un agujero pequeño. Adorna por encima cada galleta con la forma que más te guste: espiral, rejilla, líneas...
En otro recipiente echa los copos de avena, la harina, la sal y la levadura. Mezcla bien y reserva.
Une los ingredientes de ambos recipientes.
Precalienta el horno a 170 ºC.
Sobre papel de hornear, coloca pequeñas bolitas de masa. Yo lo hago con una cucharilla y para darles forma redondeada y ligeramente aplastada me suelo mojar los dedos en agua. Así es más fácil de manejar esta masa. Deja bastante espacio entre ellas porque en el horno se expanden bastante. De hecho creo que se podría echar un poco más de harina para que queden un poco más anchas, pero todavía no lo he probado.
Hornear durante unos 10 minutos o hasta que los bordes se doren ligeramente. Al sacarlas del horno quedarán blandas pero al enfriarse irán adquiriendo una consistencia más dura. Para que no se reblandezcan, cuando estén templadas, colócalas sobre una rejilla hasta que se enfríen del todo.
Calienta el chocolate al baño María y échalo en una manga pastelera con boquilla estrecha o en una bolsa de plástico con un agujero pequeño. Adorna por encima cada galleta con la forma que más te guste: espiral, rejilla, líneas...