Me gusta mucho utilizar avena en mis recetas, ya sea en panes o ya sea en repostería. La receta de hoy son unas pastas crujientes de avena típicas suecas que se parecen a las que venden en Ikea. Es la primera vez que las hago y os aseguro que voy a repetir porque están muy ricas. En Internet podéis encontrar numerosas versiones, pero yo me quedo con esta. Solas tal cual están muy buenas y con chocolate increíbles.
Ingredientes:
75 g. de mantequilla derretida
125 g. de azúcar
2 dl de copos de avena
1 huevo
4 o 5 cucharadas de harina de repostería
1 cucharadita de levadura Royal
unas gotas de esencia de vainilla
Preparación:
Derrite la mantequilla en el microondas (Yo uso la opción descongelar) y mezcla con los copos de avena. Reserva unos minutos.
Después, añade el azúcar, el huevo, la esencia de vainilla y al final la harina junto con la levadura.
La masa es bastante pegajosa, por eso lo mejor es ir echando sobre papel de horno bolitas pequeñas de unos 2 cm con ayuda de una cucharilla. Deja espacio entre ellas porque tendrás que aplastarlas.
Después, coloca un trozo de papel de horno encima de una de las bolitas y aplasta ligeramente con los dedos y mueve en forma circular a la vez que presionas para ir dejando una capa de masa fina con forma redondeada. Levanta con cuidado el papel y repite la operación en las demás bolitas.
Lo mejor es dejarlas tan finas como se ven en las imágenes para que luego en el horno no se expandan demasiado y acaben pegándose unas con otras. He probado varias formas de hacer esto, que si aplastarlas con una espátula, que si con la mano... y me quedo con este método. Si al quitar el papel superior la masa se pega, mete todo unos minutos en el congelador. Justo el tiempo para que la mantequilla se endurezca y puedas quitar el papel sin problemas. Apenas se extienden con el calor del horno por lo planas que las habrás dejado y puedes controlar así mejor su tamaño. A mi me quedan de unos 7 cm de diámetro y me salen unas 20 galletas.
Hornea en horno precalentado a 150 ºC de 5 a 8 minutos. El tiempo es orientativo. En cuanto veas que los bordes se han dorado ligeramente, ya puedes sacarlas. Déjalas enfriar un poco y después colócalas sobre una rejilla para que no se reblandezcan.
Si las prefieres con chocolate, derrite al baño maría el chocolate que más te guste (Yo he usado uno de cobertura 70% cacao) y echa un poco en un lado de la mitad de las galletas. Coloca la otra mitad de las galletas encima, presiona un poco y deja que se enfríen.