Hace un par de años aprendí cómo hacer bonito embotado de una forma fácil gracias al programa de cocina Robinfood. Lo bueno de este método es que evitamos la pesada cocción previa del pescado en agua, con lo que el bonito queda más jugoso. Además no se te va a poner la cocina hecha un cisco, porque la verdad es que no se mancha apenas. Eso sí, asegúrate de usar botes bien limpios y tapas nuevas en buen estado para evitar poblemas. No es que quiera asustarte con esto, pero es cierto que con la conservas hechas en casa hay que tener mucho cuidado.
Ingredientes:
1 rodaja de bonito de 4 kilos y de casi la altura de los frascos
aceite de oliva virgen 0,4º
Preparación:
Pon a hervir los frascos de cristal y déjalos secar (no uses un paño para secarlos). Las tapas deben ser siempre nuevas (esto es muy importante no utilices tapas viejas por muy buena pinta que tengan).
Quita el hueso central y parte el pescado en pedazos alargados que entren en los frascos. Coloca en el fondo de cada frasco un par de dedos de aceite y rellena con el bonito sin dejar huecos. Echa un poco de aceite y deja reposar de 12 a 24 horas en la nevera.
Transcurrido este tiempo, rellena con aceite hasta cubrir bien el bonito (deja un cm del frasco sin llenar). Cierra bien los tarros y colócalos en una olla que los cubra de agua al menos 4 dedos, con el fondo cubierto por un trapo para que el cristal no se rompa con el calor. Pon a hervir suave 90 minutos desde que rompe el hervor.
Apaga el fuego y deja la perola con el agua y los frascos 24 horas. Al día siguiente, cubre de agua hasta volver a cubrir 4 dedos y hervir durante 30 minutos más muy suave, así la conserva se afianza. Cuando los tarros se enfrían en el agua, se sacan, se limpian (a mi me gusta echar un chorrón de vinagre en el agua para que el los botes de cristal salgan brillantes), se etiquetan y se guardan. Asegúrate de que la tapa ha cerrado correctamente. Si es así, quedará ligeramente metida hacia dentro.
Esta receta no lleva sal para que cada uno la eche en el momento de consumir la conserva. Guarda los botes en un lugar oscuro y fresco. Pasados unos tres meses se podrán consumir.