Una receta más del blog lovefood. Simplemente genial. Nos ha gustado mucho en casa. Su sabor, su olor, su color, y sobre todo ¡Lo rápido que se prepara!. Además, es una buena opción para dar salida a un boniato (batata o patata dulce) que tenía en casa. Por cierto, aprovecho para aconsejarte que si no has probado el boniato, lo hagas. La primera vez que lo comí fue en Irlanda, asado y como acompañante de un carne. Estaba riquísimo. Desde entonces, espero ansiosa que llegue la temporada de boniatos.
Estos mini pasteles son también perfectos para invitar a tus amigos a cenar. Sin duda es un buen entrante. Tienen un sabor muy delicado. De lo único que me arrepiento es de no haber preparado más cantidad. Me hubiera comido por lo menos otro más, je,je. Pruébalos y a ver si te gusta igual o más que a mi.
Ingredientes:
50 g. de calabacín
50 g. de boniato
1/2 puerro
2 huevos
100 ml. de nata líquida
2 cucharadas de queso emmental rallado
sal y pimienta
Preparación:
Comienza rallando el boniato y el calabacín con un rallador. Corta finamente el puerro y únelo a las otras verduras. Colócalas sobre un paño de cocina durante un buen rato para que suelten la mayor cantidad de líquido posible.
Enciende el horno a 200º y pon papel de horno en un par de moldes. Yo he usado los de barro cocido.
Bate los huevos, añade la nata y el queso y échalo sobre las verduras. Salpimienta al gusto y mezcla bien.
Hornea a 220ºC durante unos 25 minutos o hasta que las verduras estén cocidas. Verás como se inflan dentro del horno como si fuera un soufflé, pero no te emociones, en cuanto las saques del horno se desinflarán. Cuando estén templadas desmóldalas y sírvelas tal cual o acompañadas de lo que más te apetezca.
