Nunca había cocinado nada cubierto de sal y reconozco que la idea me intrigaba muchísimo. Cocinar carne a la sal consiste en cubrir la pieza de carne con una masa compuesta por agua, clara de huevo y sal y hornearla hasta que esta masa se endurezca. La carne queda así muy tierna y jugosa. La puedes comer fría en bocadillo o caliente acompañada de una salsa y unas patatas asadas. Esta vez la he acompañado de una salsa cremosa, pero las posibilidades son infinitas. Y en cuanto a las patatas, he recurrido a un modo de prepararlas que tenía en un libro dedicado única y exclusivamente a este tubérculo y que se parece mucho a una receta de Jamie Oliver. Quedan perfectas.
Ingredientes:1 solomillo de cerdo
1 clara de huevo
500 g. de sal
15 ml de agua
1 cebolla
20 g. de mantequilla
75 g. de paté de oca
200 ml de nata para cocinar
2 cucharadas de coñac
1 cucharada de pimienta en grano
5 patatas medianas
Preparación:
Lava y seca el solomillo.
Bate casi a punto de nieve la clara y después echa poco a poco la sal y el agua. Mezcla hasta obtener una crema de la consistencia del merengue. Coloca un poco de esta masa en un molde alargado y estrecho, encima coloca el solomillo y por último cubre bien con el resto de la masa. Reserva en el frigorífico.
Prepara ahora las patatas. Pela las patatas y córtalas en cuatro trozos. Échalas en una perola de agua hirviendo y ligeramente salda y cocina durante 7 minutos. Escúrrelas bien y de nuevo échalas en la perola. Tápalas y sacude para que los bordes de las patatas se aplasten un poco. Así quedarán más crujientes al hornear.
Aplasta unos ajos y unta un molde con ellos. Échalos también en el molde junto con las patatas. Salpimienta l gusto y echa un poco de tomillo y aceite de oliva. Mezcla bien.
Hornea primero las patatas con calor superior e inferior a 250 ºC y a con la bandeja en la mitad del horno. Pasados 25 minutos dales la vuelta y sigue horneado por ese lado. Aprovecha y mete también el molde donde has colocado el solomillo. Hornea otros 25 minutos más.
Mientras, prepara la salsa. Sofríe la cebolla finamente picada en la mantequilla. Añade el paté troceado y el coñac. Por último, echa la nata y mezcla todo bien. No eches sal para que después mezclada con la carne no quede demasiado salada.
Pasados los 50 minutos, saca el solomillo y rompe la costra de sal. Quita la mayor cantidad de sal posible, sobre todo si lo vas a comer sin salsa. Corta finamente y echa las rodajas de carne en la salsa.
1 clara de huevo
500 g. de sal
15 ml de agua
1 cebolla
20 g. de mantequilla
75 g. de paté de oca
200 ml de nata para cocinar
2 cucharadas de coñac
1 cucharada de pimienta en grano
5 patatas medianas
Preparación:
Lava y seca el solomillo.
Bate casi a punto de nieve la clara y después echa poco a poco la sal y el agua. Mezcla hasta obtener una crema de la consistencia del merengue. Coloca un poco de esta masa en un molde alargado y estrecho, encima coloca el solomillo y por último cubre bien con el resto de la masa. Reserva en el frigorífico.
Prepara ahora las patatas. Pela las patatas y córtalas en cuatro trozos. Échalas en una perola de agua hirviendo y ligeramente salda y cocina durante 7 minutos. Escúrrelas bien y de nuevo échalas en la perola. Tápalas y sacude para que los bordes de las patatas se aplasten un poco. Así quedarán más crujientes al hornear.
Aplasta unos ajos y unta un molde con ellos. Échalos también en el molde junto con las patatas. Salpimienta l gusto y echa un poco de tomillo y aceite de oliva. Mezcla bien.
Hornea primero las patatas con calor superior e inferior a 250 ºC y a con la bandeja en la mitad del horno. Pasados 25 minutos dales la vuelta y sigue horneado por ese lado. Aprovecha y mete también el molde donde has colocado el solomillo. Hornea otros 25 minutos más.
Mientras, prepara la salsa. Sofríe la cebolla finamente picada en la mantequilla. Añade el paté troceado y el coñac. Por último, echa la nata y mezcla todo bien. No eches sal para que después mezclada con la carne no quede demasiado salada.
Pasados los 50 minutos, saca el solomillo y rompe la costra de sal. Quita la mayor cantidad de sal posible, sobre todo si lo vas a comer sin salsa. Corta finamente y echa las rodajas de carne en la salsa.