Este bizcocho sin gluten ha sido toda una sorpresa. Creía que iba a ser un bizcocho más, pero no. Su miga es más compacta y tierna y el interior contrasta con el exterior, que es ligeramente más crujiente. Y lo más importante, sabe a bizcocho casero, como a mi me gusta. Os aseguro que es empezar a comer y no poder parar.
Ingredientes:
- 250 g. de mantequilla
- 3 huevos L
- 225 g. de azúcar
- 225 g. de fécula de patata
- 1/2 bolsa de levadura Royal
- la ralladura de un limón
- azúcar glas (opcional)
Preparación:
- Bate la mantequilla a temperatura ambiente hasta obtener una crema.
- Añade una a una las yemas y cuando estén bien integradas, añade el azúcar. Sigue batiendo hasta obtener una crema blanquecina. Uno de los trucos para conseguir la miga de la que os he hablado es batir mucho los ingredientes, así que paciencia.
- Añade la fécula y sigue batiendo. Después echa la levadura y la ralladura de un limón. Cuando todo esté bien mezclado, bate aparte las claras a punto de nieve y añádela a la preparación anterior poco a poco mezclando todo con movimientos suaves para que las claras no se bajen y quede un bizcocho muy esponjoso.
- Unta de mantequilla y espolvorea con harina un molde alargado de unos 29 cm de largo, 10 cm de ancho y 7 cm de altura. Echa toda la preparación. El molde quedará lleno hasta la mitad y después en el horno subirá hasta el borde del molde.
- Introduce el molde en el horno precalentado a 190 ºC durante 45 minutos, a una altura justo por debajo del centro del horno, en mi caso es la altura número 2 y he usado aire caliente eco. Si la parte superior se dora rápidamente coloca papel albal encima.
- Pasado los 45 minutos comprueba con la punta de un cuchillo si el bizcocho está bien echo por dentro. Cuando lo esté, sácalo del horno y enfríalo fuera del molde sobre una rejilla. Antes de servir espolvorea con azúcar glas.
