Nunca había hecho ni comido bacalao confitado, pero como había oído tanto sobre lo fácil de preparar y lo bueno que es, tenía que probarlo. Os puedo asegurar que desde ahora el bacalao confitado va a ser una de las formas en las que más voy a preparar este pescado en casa. Es que fue todo un éxito. No sólo por su sabor y por lo tierno que queda el pescado, sino también por lo cómodo que es dejar el bacalao confitando mientras haces otras cosas. Vamos, que una vez de que te aseguras de que la temperatura del aceite no superará los 50 ºC, lo dejas y te olvidas hasta que esté hecho. Como acompañamiento puedes poner lo que más te guste. Si no te apetece complicarte la vida, puedes acompañarlo con un sofrito de cebolla y pimiento verde. En mi opinión, una combinación perfecta.
Otra opción es la de preparar pequeñas porciones a modo de entrante. Para ello tan sólo tienes que cortar rebanadas de pan y tostarlas ligeramente por ambos lados en una sartén con un poco de aceite de oliva. Coloca unas lascas de bacalao confitado y bate la gelatina que haya soltado el bacalao con unas varillas hasta conseguir una espuma. Echa encima de las lascas una cucharada de esta espuma y después un poco de pisto de calabacín. Echa un chorrón muy fino de aceite de oliva por encima y sirve caliente.
Para le pisto necesitarás cebolla fresca, ajo, calabacín y tomates cherry. Las cantidades de estos ingredientes las hago siempre a ojo. Corta en cuadradillos pequeños el calabacín con piel. Corta finamente la cebolla hasta conseguir la mitad de cantidad del calabacín. Corta finamente un par de ajos y un puñado de tomates cherry. Sofríe a fuego lento, la cebolla y el ajo con una pizca de sal. Después añade el calabacín y echa un poco más de sal. Cuando este bien hecho añade el tomate, echa pimienta negra recién molida y corrige de sal si fuera necesario. Cocina hasta que el tomate esté hecho. Espero que os animéis a preparar así el bacalao y que lo disfrutéis tanto como nosostros.
Ingredientes:
lomos de bacalao
aceite de oliva virgen extra
1 cayena
3 ajos machacados
1 cebolla blanca
1 pimiento verde grande
1 chorrón de vino blanco
sal
Preparación:
Comienza echando los ajos machados y la cayena en una perola junto con el aceite. Pon a fuego bajo para que el aceite vaya cogiendo un poco de sabor. Los ajos no se deben dorar.
Echa los trozos de bacalao con la piel hacia arriba y déjalos cocinando a 50 ºC durante 1 o 2 horas. El aceite no debe hervir y por supuesto, una vez que hayas terminado cuélalo y guárdalo para otras recetas. El bacalao debe estar totalmente cubierto y poco a poco irá soltando la gelatina. Si quieres, puedes utilizarla para hacer una especie de pil pil. Para ello, cuando saques el bacalao, echa el aceite a otra perola e intenta que quede lo menos posible en la perola donde se quedará la gelatina. Bate la gelatina con unas varillas hasta obtener una crema de la consistencia de una besamel.
Cuando quede poco tiempo para que el bacalao esté hecho, sofríe la cebolla y el pimiento picados en un chorrón de aceite de oliva. Echa sal y cocina a fuego lento durante una media hora. Al final, hecha un chorrón de vino blanco y mezcla bien hasta que se evapore.
En cada plato echa un poco del sofrito, coloca los lomos de bacalao confitado encima y si has optado por usar la gelatina, echa un poco de ésta sobre cada lomo.