Ya son varias las recetas de scones que he preparado. Esta lleva arándanos rojos que he comprado en el Lidl. Nunca los había probado antes y debo reconocer que me han gustado mucho. En pastas de este tipo van muy bien. De los scones poco puedo decir, me encantan. Su preparación no tiene ningún misterio y salen siempre ricos. Son ideales para desayunar o merendar con un café con leche.
Ingredientes (para 12 scones):
1 huevo
160 ml de nata para montar bien fría
300 g. de harina
22 g. de azúcar
10 g. de levadura Royal
1 g. de sal
150 g. de mantequilla
100 g. de arándanos rojos deshidratados
Preparación:
Bate un poco el huevo y añádele la nata para montar. Reserva.
En un bol grande mezcla la harina, el azúcar, la levadura Royal y la sal. Echa la mantequilla en trozos pequeños y bien fría y con las manos cubre la mantequilla con la harina. Mezcla hasta formar un granulado grueso. Hazlo rápidamente para que la mantequilla no se caliente. Si hay trozos más grandes que otros no importa.
Añade el huevo y la nata que has batido antes y con una espátula mézclalos. Por último, añade los arándanos (si lo prefieres córtalos por la mitad antes). Mezcla ligeramente, sin amasar.
Estira la masa hasta alcanzar dos centímetros de grosor y corta los scones. Yo uso como cortapastas un vaso de tubo. Colócalos en la bandeja de hornear con cierta separación ya que aumentarán ligeramente de tamaño. Si quieres los puedes untar con leche o huevo batido.
Hornea en horno precalentado a 200 ºC durante 20 minutos aproximadamente o hasta que empiecen a dorarse.