Muy rico. No puedo empezar con otras palabras. Para mi cumpleaños tuve la gran suerte de recibir un súper regalo que quería desde que me enteré que se iba a publicar. Me regalaron nada más y nada menos que el libro de Ibán Yarza, Pan casero, y he comenzado por esta receta porque no necesita horno. El lagos, como cuenta Ibán en su libro, es un pan frito muy común en centro Europa y para entendernos, es una especie de buñuelo plano. Se sirve con crema agria (puedes ver la receta aquí) y queso rallado (a tu elección, pero que sea un buen queso). También puedes echarle salsa de tomate, carne... Lo cómodo de esta receta es que puedes preparar la masa un día antes y dejarla que fermente en la nevera. Tú decides tus tiempos.
Por increíble que parezca la masa se hace por dentro muy rápido, es echar el pan en la sartén, darle enseguida la vuelta y sacar. En el libro se ve más plano, pero a mi se me hinchó la masa en cuanto la eché en la sartén. Por cierto, aunque el lagos se fríe en abundante aceite, no es para nada pesado.
Los probé con azúcar y canela y no me defraudaron en absoluto.
Ingredientes:
- 350 g. de harina panificable
- 150 g. de patata cocida
- 70 g. de agua
- 2 huevos
- 12 g. de azúcar
- 8 g. de sal
- 6 g. de levadura fresca
Preparación:
- Aplasta la patata cocida como si fueras a hacer un puré de patata. Mezcla con el resto de los ingredientes y amasa hasta obtener una masas homogénea. Según la humedad que le aporte la patata tendrás que ajustar la cantidad de agua. Yo he usado una patata para cocer. Esto puede parecer una tontería, pero intentar hacer un puré con una patata para freír a mi personalmente no me gusta.
- La masa al principio es bastante pegajosa. Después de amasarla, déjala reposar 15 minutos y vuélvela a amasar. Si es necesario repite esto hasta conseguir una masa blanda, pero manejable. Si es necesario echa un poco más de harina, pero no te pases. Es mejor trabajar con una masa blanda porque dará como resultado un pan más ligero. Tan sólo tendrás que untarte las manos de aceite para darle forma y ya está.
- Cuando la masa esté homogénea y lisa, déjala fermentar en un bol cubierto con film transparente durante al menos 4 horas a temperatura ambiente o toda la noche en el frigorífico. Una vez finalizado el reposo, divide la masa en porciones. Yo la he dividido en 8 porciones para poder manipularlas mejor. Boléalas y aplasta con el rodillo en una superficie enharinada. A mi la masa se me quedó blanda y por la tanto imposible de aplastar con el rodillo. Opté por untarme las manos de aceite de oliva y aplastarlas con las dos manos, girando la masa en el aire. Algo así como girar un volante. No sé si me explico...
- Sofríe cada pan en abundante aceite suave. Yo he usado de aceite de girasol virgen extra. Al llevar huevo y patata la masa se dora rápidamente. Dale la vuelta y cuando se dore el otro lado echa el pan sobre papel absorbente para que absorba el exceso de aceite.
- Condimenta con lo que más te guste. Me da a mi que con sal gruesa y romero tiene que estar buenísimo. Ya os contaré.