Termina el verano y el calorcito, pero a mi me sigue apeteciendo helado. En realidad me apetece hasta cuando ahí fuera hace un frío que pela. Mi helado preferido, no sé... creo que no existe, y es que me gustan todos, para qué negarlo. Mi abuela decía que era lo mejor para el resfriado y yo me lo creía y me lo sigo creyendo, ja, ja, ja.
La versión de mi padre es que a su madre le gustaba con locura el helado y que aprovechaba cualquier excusa para llevarse uno a la boca. Sea cual sea la verdadera razón que llevaba a mi abuela a decir semejante afirmación, lo cierto es que a mi también me vuelven loca los helados. El de hoy de helado de queso, pero no os asustéis que no se nota apenas. Su sabor me recuerda al helado de nata, pero el queso le da un toque diferente y una mayor cremosidad.
Ingredientes:
- 175 g. de queso en crema
- 1 yogurt natural
- 100 g. de azúcar
- 1 vaso de leche (medido con el vaso de yogurt)
- Para la cobertura de chocolate:
- 65 ml de nata
- 50 g. de chocolate negro
- 12 g. de mantequilla
Preparación:
- En un bol mezcla la leche y el azúcar y bate con unas varillas hasta que el azúcar se disuelva bien. Añade el yogurt y el queso y remueve para integrar bien todos los ingredientes.
- Echa la mezcla en la heladera y sigue las instrucciones. Si no tienes heladera, mete la mezcla en el congelador y remueve de vez en cuando.
- Para hacer la cobertura, calienta la nata con la mantequilla y cuando esté caliente añade el chocolate en trozos. Remueve hasta que se disuelva.
