Llevaba mucho tiempo queriendo hacer estos panecillos, pero al final me daba pereza. Por fin hoy los he hecho y han sido un gran éxito en casa. Están increiblemente buenos, con un toque a aceite de oliva y súper crujientes. Es difícil comer uno y no seguir. Esta vez he hecho algunos con semillas de sésamo y con semillas de amapola, pero con un poco de sal gorda y romero también están muy buenos.
Ingredientes:
500 g. de harina de trigo normal
8 g. de sal
1 cucharilla de extracto de malta (o de azúcar)
15 g. de levadura de cerveza fresca
280 ml de agua templada
1 o 2 cucharadas de harina de sémola de grano duro
50 ml de aceite de oliva extra virgen
2 cucharadas de aceite de oliva para pincelar
semillas de sésamo sin tostar (opcional)
semillas de amapola (opcional)
Preparación:
En un bol pon parte del agua y mezcla con la levadura y el extracto de malta o el azúcar. Échalo en la harina y comienza a amasar.
Echa la sal en el resto del agua. Añade el aceite y echa en la harina poco a poco. amasa hasta obtener una masa homogénea y elástica. Dale forma ovalada y coloca sobre papel de horno el cual habrás previamente espolvoreado con la harina de sémola. Es esta harina la que le va a dar un toque más crujiente.
Una vez colocada la masa sobre el papel, aplástala ligeramente con las manos. Pincela con el resto del aceite la masa. Espolvorea por encima con un poco más de harina de sémola. Méte la masa en el horno apagado pero con la luz encendida durante al menos una hora o hasta que haya duplicado su volumen.
Con un cuchillo ancho corta tiras de un cm y alárgalas suavemente. Coloca cada tira sobre papel de horno. Puedes dejarlos así o puedes pincelarlos de nuevo con aceite de oliva y echarles semillas de sésamo o de amapola o bien sal gorda y ramitas de romero. Hornear a 200 ºC durante 18-20 minutos.
