Hacía mucho que no hacía una quesada. Y es raro porque es un tipo de tarta que me encanta. Además, se prepara en un plís plás. Vamos, que no hay excusas. Este tipo de tarta me recuerda al pastel de arroz y la verdad es que no sabría decir cuál de las dos me gusta más. Como sabéis, recetas de quesada hay muchas, y a saber cuál es la original. Por eso yo me quedo con las que llevan queso fresco o requesón. La he hecho de las dos formas y ambas salen riquísimas.
Ingredientes:
- 3 rebanadas de pan de molde (sin corteza)
- 1 poco de leche
- 500 g. de queso fresco o de requesón
- 8 cucharadas soperas de azúcar
- 100 g. de mantequilla
- 4 huevos
Preparación:
- Pon en un bol las rebanadas de pan de molde y mójalas con un poco de leche para poder deshacerlas con un tenedor.
- Añade el queso fresco o el requesón y deshazlo con el tenedor. Echa el azúcar y la mantequilla y mezcla todo bien.
- Bate los huevos y añádeselos a la mezcla anterior. Bate todo con la batidora hasta obtener una crema suave.
- Unta un molde con mantequilla y hecha la preparación. Mete la bandeja en el horno precalentado a 180º durante aproximadamente 45 minutos, aunque esto depende de cada horno.
- Pasado este tiempo, pincha con la punta de un cuchillo para comprobar que está hecho. Si sale limpio es que ya se ha cuajado lo suficiente. Saca la quesada del horno y deja enfriar antes de servir.