Los tomates confitados nos encantan en casa. Cuando tenemos muchos tomates, suelo embotarlos y/o hacerlos confitados. Así los comí por primera vez en Italia hace unos años y creía que no los iba a volver a comer, pero un día por casualidad vi cómo se preparaban en un programa de cocina. Es súper fácil, tan sólo necesitas un poco de tiempo porque deben hacerse lentamente en el horno. Si todavía no has probado el tomate preparado de esta forma, no esperes más. De verdad que está riquísimo.
Ingredientes:
- 15 tomates pequeños maduros
- 15 dientes de ajo
- 3 cucharadas de azúcar
- 4 ramitas de tomillo
- pimienta recién molida
- 1 hoja de papel de horno
- aceite de oliva
- sal
Preparación:
- Quita el pedúnculo y haz un corte en forma de cruz a los tomates para poder pelarlos mejor. Escalda los tomates en agua muy caliente (apenas unos minutos) y refréscalos en agua con hielos. Pélalos, córtalos por la mitad y quítales las pepitas.
- Mete todos los tomates en un bol con el tomillo, los ajos, el aceite, un buen pellizco de sal y 2 cucharadas de azúcar. Mezcla bien para que se impregnen de todos los aromas.
- Colócalos en la bandeja del horno sobre papel sulfurizado con el lado abombado hacia arriba, espolvorea con un poco de azúcar y rocíalos con aceite de oliva. Hornea una 1 hora más o menos.
- Pasado este tiempo, da la vuelta a los tomates y vuélvelos a meter al horno 1 horas más. Sácalos del horno, déjalos enfriar y mételos en un tarro de cristal cubiertos de aceite. En el frigorífico duran al menos 1 mes. Yo le he metido también unas hojitas de albahaca fresca.
Fuente: Robin food, atracón a mano armada.