Desde hace ya algún tiempo hago el pan de pita en casa. Es increible lo fácil que resulta de preparar y lo bueno que está. Desconozco su origen, pero siempre lo he relacionado con Grecia y los países árabes mediterráneos. Suelo preparar varios y los congelo para ir tirando de vez en cuando, aunque la verdad es que duran muy poco en el congelador. Los puedes rellenar de cualquier cosa, incluso con algo dulce. Con chocolate, por ejemplo, están riquísimos.
Ahora vamos con la receta y, por supuesto, si tienes alguna duda no dudes en preguntarme lo que sea.
Ingredientes:
- 450 g. de harina de trigo normal
- 250 ml de agua mineral
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 25 g. de levadura fresca
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar
Preparación:
- Disuelve la levadura en agua templada. Mezcla todos los ingredientes y amasa con la amasadora o a mano hasta conseguir una masa homogénea y manejable. Deja reposar en un recipiente tapado con un paño hasta que doble el volumen, unos 30 minutos aproximadamente.
- Cuando la masa haya doblado su volumen, colócala sobre una superficie lisa y ligeramente enharinada y forma bolas de unos 50 g.
- Extiende las bolitas con ayuda del rodillo hasta que queden unas tortas de unos 12 cm de diámetro. Es importante que no cojan mucha harina en este paso. Para conseguir una forma redondeada, lo que hago es pasar el rodillo una vez y girar la masa 90 grados, volver a pasar el rodillo y volver a girar. Así hasta que considero que he aplanado la pita lo suficiente.
- Coloca en la bandeja del horno papel para hornear y pon las pitas encima. Hornear unos 4 o 5 minutos a 240 ºC. Verás cómo se hinflan un poco.
- Saca los panes y colócalas sobre una rejilla hasta que se enfríen.
