Si en alguna ocasión os habéis quedado con varias claras de huevo en el frigorífico, seguramente os habréis preguntado ¿Qué receta puedo hacer con estas claras? En casos así la receta más fácil y rápida es la del merengue. Si no sabéis hacer merengue, no os preocupéis porque a continuación os explico paso a paso cómo realizarlo y las diferencias que existen entre los diferentes tipos de merengue.
No sé a vosotros, pero a mi lo del merengue siempre me ha maravillado. Que tan sólo con batir unas claras de huevo se consiga una textura así, es algo que siempre me ha fascinado. Como supongo que ya habréis visto por Internet, hay varias formas de hacer merengue:
- El merengue francés, que es el que nosotros siempre hemos conocido y que consiste en batir las claras con azúcar.
- El merengue italiano, que consiste en batir las claras con un almíbar.
- El merengue suizo que consiste en batir las claras con azúcar al baño maría.
En esta ocasión he realizado la tercera opción, la del merengue al baño maría, y os aseguro que es por el momento la que más me ha gustado. Esto no quiere decir que el merengue suizo sea el merengue más rico, porque realmente todos lo son. Evidentemente, el merengue francés es el más fácil de hacer, pero te animo a que pruebes las otras opciones también y decidas cuál te gusta más a ti.
Además, el merengue se puede congelar sin perder ni textura, ni consistencia, ni sabor, así que no hay excusas.
Para realizar estos merengues no se necesita destreza con la manga pastelera. Yo no la tengo y sin embargo, podéis ver en la imágenes cómo me han quedado los merengues. Yo no soy, o no era, muy de comer merengue horneado, pero al preparar estos suspiros de merengues tan pequeños, reconozco que cada vez que comía uno volvía a abrir la caja donde los tenía guardados varias veces seguidas. Tal cual están riquísimos, y con chocolate ni os cuento.
Los podéis unir o no. De ambas formas están riquísimos. Si prefieres unirlos, tendrás que colocar los merengues sobre un soporte hasta que el chocolate se endurezca de nuevo. Yo he usado unas botellas de plástico. Y si prefieres no unirlos, tan solo tendrás que colocarlos sobre papel de hornear hasta que el chocolate solidifique.
Ingredientes:
4 claras de huevo
200 g. de azúcar
1 cucharilla de zumo de limón
Preparación:
Pon las claras de huevo y el azúcar al baño maría. Recuerda que el recipiente no debe tocar el agua. Con una varilla mezcla hasta que el azúcar se haya disuelto.
Después, añade el zumo de limón para estabilizar el merengue y con una batidora eléctrica con varillas, bate hasta conseguir un merengue denso. Una vez conseguido esto, retira del baño maría y sigue batiendo hasta que el recipiente se enfríe.
Mete el merengue en una manga pastelera con una boquilla con forma redondeada y sobre papel de horno o sobre una silicona haz pequeños montoncitos de merengue. Puedes colocar la manga sobre la superficie y presionar suavemente hasta conseguir el diámetro deseado y después tirar hacia arria para que quede el merengue en punta como en la tercera imagen. O cuando vas subiendo la manga, puedes volver a bajar hacia la base y después volver a subir. Haz esto una o dos veces para que te queden como en la primera imagen. Si no lo has hecho nunca, esto te va a gustar mucho.
Hornea en horno precalentado a 100 ºC durante una hora con la bandeja en el medio. Deja enfriar bien fuera del horno antes de despegar los merengues de la base o de lo contrario se te romperán.
Si quieres hacer estos merengues con chocolate, calienta chocolate para fundir al baño maría o en el microondas en la función descongelar. Pasa cada merengue por el chocolate y colócalos sobre papel de horno hasta que el chocolate se solidifique.