Hoy traigo una mini receta y es que es tan fácil de preparar que no se le puede llamar receta. Se trata de una gelatina de manzana ideal para dar brillo a pasteles con frutas o a bizcochos. Desde hacía tiempo quería aprender a hacer algo así para abrillantar tartas sin necesidad de usar gelatina comprada y os aseguro que esta gelatina cumple con todas mis expectativas.
Para elaborar esta gelatina tan sólo necesitaréis agua, azúcar y piel y corazones de manzana para aprovechar su pectina. Como veis en la imagen queda casi transparente y la consistencia recuerda un poco a la de la miel de acacia o de azahar. Espero que os sea útil y la podáis usar en muchos de vuestros pasteles.
Ingredientes:
pieles y corazones de manzana
agua
azúcar
Preparación:
No he puesto cantidades, porque podéis hacer esta gelatina a ojo. Echa las pieles y los corazones de varias manzanas en una perola pequeña y cubre con agua. Tapa y hierve hasta que las pieles estén bastante blandas. Deja templar y cuela el líquido. Por cada 1000 ml de líquido necesitarás 600 g. de azúcar.
Vuelve a poner al fuego la cantidad de líquido que hayas decidido usar y echa el azúcar. Remueve y hierve hasta que espese un poco. Aparta del fuego, tapa y deja reposar unas 12 horas. Si pasado este tiempo ves que todavía está muy líquido, vuelve a hervir hasta obtener la consistencia deseada controlando en todo momento para que no se evapore demasiado líquido.
Cuando esté templado echa la gelatina en un bote de cristal esterilizado y ciérralo bien. Recuerda escribir la fecha de elaboración, aunque al llevar azúcar te aseguro que te durará varios meses.
Fuente: El forner de Alella.