4 dic 2011

espirales de frankfurt


Son bonitos ¿verdad? Me parece una aperitivo ideal. Estoy deseando prepararlos con mis sobrinos. Estoy segura de que les va a encantar participar en su elaboración. La receta es de L'exquisit. No necesitan harina fuerza y llevan tangzhong que aunque parece algo súper raro no es más que un método japonés muy sencillo para hacer que la masa quede más esponjosa.

Además, una vez hechos, cuando todavía están templados, se pueden congelar. Así no pierden humedad y al descongelarse están muy ricos.

Ingredientes (para 8):
8 salchichas frankfurt pequeñas
175 g. harina normal
25 g. azúcar
3 g. sal
4 g. leche en polvo
4 g. levadura instantánea de panadero
1/2 huevo batido
50 ml. leche
15 g. mantequilla blanda
tangzhong

Ingredientes para el tangzhong:
13 g. harina
30 ml. agua
30 ml. leche

Preparación:


Mezclar los ingredientes del tangzhong y cocerlos durante 4-5 minutos sin dejar de remover, hasta formar una pasta. Dejar enfriar. Se puede preparar el día antes y reservarlo en la nevera.



Mezcla los ingredientes secos (harina, azúcar, sal, leche en polvo y levadura), añade los ingredientes húmedos (1/2  huevo batido, el tangzhong, la mantequilla y por último la leche).

Amasa en amasadora durante 10 minutos. 
Forma una bola, y colócala en un recipiente. Tápala con un trapo y déjala levar durante una hora para que doble su tamaño.



Después, divide la masa en 8 porciones iguales (pesarán unos 40 g. cada una). Forma bolas pequeñas y déjalas reposar de nuevo tapadas con un trapo durante 15 minutos.



Amasa cada bola formando un tubo largo, aplástalo con el rodillo hasta dejar  1 cm aproximadamente de espesor. Si lo necesitas, puedes enharinar ligeramente la superficie de trabajo para que no se pegue la masa.

Enrolla la salchicha con la masa y colócala en una bandeja con papel para hornear con las juntas hacia abajo para que no se abra. Deja reposar tapado con un trapo durante 45 minutos.
 
Pinta con huevo batido y hornea a 180 grados durante 15-20 minutos, hasta que estén dorados. Recuerda que deben quedar ligeramente dorados, así que plántate delante del horno y controla el color que van cogiendo para que no se te queden muy oscuros.

Deja que se enfríen  sobre una rejilla para que no se reblandezcan.



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