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20 dic 2017

Caldo concentrado casero

Caldo concentrado casero

Hoy más que una receta vengo con lo que desde hace algunas semanas se ha convertido en uno de los imprescindibles de mi cocina, caldo concentrado para dejar de comprar pastillas de caldo. Jamás se me hubiera ocurrido la idea hasta que salseando por la red di con ella por casualidad. Es muy fácil de preparar y dura mucho tiempo en el congelador. Al principio puede pareceros que lleva mucha cantidad de sal, pero después al añadírselo a otra receta veréis que la cantidad de sal utilizada es en realidad muy inferior. De todas formas, iré reduciendo paulatinamente la cantidad de sal las próximas veces que prepare este caldo concentrado y ya os iré diciendo.

Con las cantidades de esta receta sale bastante caldo, se guarda en el congelador y como no llega a solidificarse del todo, podréis ir sacando con una cucharilla la cantidad que necesitéis en cada momento. Podéis usar las verduras que más os gusten, pero yo no añadiría nunca patata, col y brócoli. Lo que yo hago es comprar una bandeja de esas que llevan varias verduras ya cortadas y no me complico más.

Por ahora lo he utilizado en las siguientes recetas: estofado de ternera, fritos de carne y pimientos del piquillo (cuya receta espero publicar muy pronto en este blog), croquetas de pollo y jamón serrano y puré de calabaza y naranja. Y os aseguro que los resultados han sido excepcionales. De ahora en adelante, añadiré una cucharilla de este caldo concentrado a todos mis guisos, purés de verduras y croquetas.

Ingredientes:

  • 1 bandeja de kilo de verdura variada (zanahoria, nabo, puerro, apio...)
  • 300 g. de sal gruesa
  • 1 vaso de vino blanco

Preparación:

  1. Limpia, pela y trocea las verduras.
  2. Echa todo en una olla, añade la sal y el vino blanco. Tapa y lleva a ebullición hasta que las verduras suelten su agua. Quita la tapa, baja el fuego un poco y remueve constantemente hasta que desaparezca el líquido. Bate todo bien y vuelve a ponerlo en la olla. Cocina a fuego lento unos minutos más. Remueve y vigila constantemente para que no se queme.
  3. Deja enfriar y mete el caldo concentrado en un recipiente apto para congelador. Cada vez que necesites un poco, como ya te he dicho, coge la cantidad necesaria con una cucharilla y deja el resto bien tapado en el congelador. 

Fuente: Evacuinera.