Me apetecía una tarta casera de esas sencillas y qué mejor que la de cuajada con una mermelada de mora también casera. Antes esta tarta la solía hacer con sobaos pasiegos, pero desde que aprendía a hacer esta base de bizcocho, la prefiero así. La preparación es súper sencilla y es una receta muy conocida, pero como es una de las tartas que más me gusta, he querido subirla a mi recetario. Espero que al verla, os apetezca hacerla también.
Ingredientes:
500 ml. de nata líquida
2 vasos de leche
4 cucharadas de azúcar
3 sobres de cuajada
1 base de bizcocho
mermelada de mora, frambuesa, cereza o fresa
Para la base de bizcocho:
3 huevos
45 g. de azúcar
1 cucharilla de miel
45 g. de harina
un pellizco de sal
1 cucharilla de esencia de vainilla
Preparación:
Para elaborar la base de bizcocho, echa en un bol los
huevos, el azúcar y la miel. Mezcla bien para que no se quede azúcar en
el fondo y bate con la batidora hasta que se haga una crema blanquecina. Bate a
punto de cinta, es decir, cuando al echar un poco de la preparación
sobre el resto, ésta mantiene la forma y no se disuelve.
Añade poco a poco la harina tamizada junto con la esencia de
vainilla y bate a mano con movimientos envolventes para evitar que la crema se baje. Echa con cuidado en un molde en el que previamente
habrás puesto papel de hornear y un poco de aceite. Popr cierto, conviene guardar el
molde en la nevera hasta que le eches la preparación.
Mete en el horno precalentado a 170 ºC durante unos 10 o 12
minutos. Deja enfriar y sin desmoldar, échale la preparación de la
cuajada.
Para elaborar la parte blanca bate todos los ingredientes y
pon a hervir. Viértela sobre la base de bizcocho y deja enfriar en el
frigorífico. Por último, pon por encima la mermelada.