15 sept 2011

pastel de puerros


De vez en cuando me da por hacer pasteles de verduras, o como los llaman algunos/as, quiches de verduras. Creo que son una manera diferente de comer verduras y una buena idea para cenar si la acompañas de una ensalada y un buen postre.

La receta que os propongo a continuación es muy fácil de hacer. El relleno lo puedes modificar a tu gusto. De hecho, más adelante, os propondré otras ideas con otros ingredientes, que estoy segura de que serán todo un éxito. Aquí os propongo hacer la receta de la masa quebrada que he aprendido en este blog. Os animo a que echéis un vistazo en sus páginas porque tiene recetas muy interesantes. Por supuesto, la masa la podéis comprar en el supermercado, pero yo soy de las que piensa que para qué vos a comprar algo, si lo puedes hacer tu misma. Lo dejo a tu elección...

Ingredientes:
Para la masa quebrada:
200 gr. de harina
1 pizca de sal
90 g. de mantequilla
1 huevo
20 ml de agua
3 cucharillas de semillas de amapola (opcional)

Para el relleno:
200 g. de panceta ahumada
400 g. de puerros
1 hoja de laurel
1 caja pequeña de nata
3 huevos
aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta negra

Preparación:
Para preparar la masa quebrada que nos servirá de base del pastel, lo primero que tienes que hacer es poner todos los ingredientes en la amasadora y mezclarlos bien hasta conseguir una masa homogénea. Después, forma una bola, cúbrela con papel transparente y déjala reposar durante una hora en el frigorífico. Esta masa puede aguantar en el frigorífico una semana y en el congelador hasta tres meses.

Mientras la pasta quebrada reposa en el frigorífico, puedes comenzar a preparar el relleno. Trocea finamente la panceta y el puerro. Sofríe la panceta en una sartén y después añade el puerro y la hoja de laurel. Salpimienta al gusto y cocínalo a fuego lento hasta que el puerro esté bien hecho.
Mientras bate los huevos y la nata y añádelo a los puerros y la panceta.

Saca la masa del frigorífico y aplástala con un rodillo hasta conseguir una lámina de unos 3 mm. Colócala sobre un molde enharinado de unos 20 cm de diámetro. Corta la masa sobrante de los bordes, pincha toda la superficie con un tenedor.




Cúbrela con papel vegetal. Coloca encima algo de peso (puedes usar garbanzos o alubias).




Introdúcela en el horno, precalentado a 160º, durante unos 30 minutos. Una vez tengas la masa lista, sácala del molde y vuelve a hornearla, ya sin el papel, durante unos 3 minutos.

Una vez hecha la base, echa el resto de los ingredientes encima. Introduce de nuevo el pastel en el horno, precalentado a 180º, y hornéala durante unos 25-30 minutos o hasta que veas que al pinchar con una aguja en el centro y sale limpia.

¡Espero que te guste!


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